Llegué tarde a San Valentín

Hoy es el día de los enamorados, de los regalos, del sexo asegurado si estás con pareja y sabes cumplir. Los fabricantes de condones están  más que contentos, las tiendas de baratijas con sus románticos "souvenirs" están de fiesta! Los centros comerciales ofrecen todo tipo de regalos: viajes a lugares exóticos,  muñequitos con corazoncitos... ¡Las joyerías se harán de oro! Los restaurantes estarán a reventar de parejas cogidas de la mano, dándose besos y después de un rato haciendo manitas debajo de la mesa.

En mi caso, no estoy enamorado, se podría decir que llegué tarde a San Valentín. En todos estos años nunca supe que regalo hacerle a mi novia y ella decía que no le importaba. Pero ayer, tras verme tumbado en el sofá jugando a videojuegos, bebiendo cerveza y rascándome los huevos, lo confesó. Me contó que desde hace unos días me estaba poniendo los cuernos con un semental que le ofrecía todo tipo de regalos... y yo perdí la partida.

Y ahora, aquí estoy, conectado a internet, pasmado ante el monitor, de repente todo ha cambiado, hace un rato ella me ha llamado, contándome que su "animal" se ha ido a por otra que está más buena y que tiene más dinero. Me ha dicho que está  triste y sola y me quiere hacer un regalo. Y yo, joder, no le diré que no, un día es un día y yo también le quiero hacer un regalo, aunque sea el de mi entrepierna. 

Fotografía por Alejandro Cano

Comentarios