Sin consuelo

No eres nada ni nadie, una simple copia inhumana de forma y tamaño humillante de las partes de un anónimo animal. ¿Donde está tu humanidad, objeto inerte? Eres insensible, incombustible. Poco más que un títere o un esclavo de mi deseado sexo opuesto al que persigo. Tú sólo vences en mi ausencia cuando yo duermo tras una batalla perdida. Y ahí estás triunfando bajo las sabanas... Recreándote entre las partes de mi amada.
¡Yo soy auténtico, puedo eyacular, reír o llorar, sentir, gozar! ¡Yo puedo tocar y soñar!

Recuerdo cuando te vi por primera vez, escondido bajo la ropa en un cajón... Me quedé pasmado como cuando de pequeño descubrí que los regalos de los reyes estaban en un anodino y triste armario del comedor. Te lo conté, te sonrojaste, pero lo acepté y desde entonces, todo se ha torcido.

Pero esto no termina aquí. Reclamo mi lugar, aunque sea utilizando ese juguete que te enseñé y probaste cuando te conté cual era mi verdadera profesión. ¡Mi pistola sexual!

Texto leído en la Jam del Lennon´s 12-02-2014. 

Fotografía: Laura Pueyo
Vídeo por Jean-Benoit Kauffmann

Comentarios